“Alcoholismo en la abogacía”: un título demasiado simplista
Los ambiciosos objetivos, la incertidumbre actual, los conflictos y la presión en nuestro trabajo, nos impactan negativamente, tanto a nivel físico, emocional, mental, social como aspiracional
Hace unas jornadas, me llamó la atención un artículo publicado en Cinco Días titulado «Alcoholismo en la abogacía: ¿es un tema tabú o hay falta de concienciación?«
En él se hacía mención a la reciente encuesta de la American Bar Association (Asociación Americana de Abogados, que nadie se equivoque) donde se detalla que uno de cada cinco abogados estadounidenses declara tener un problema con la bebida, una tasa mucho más alta que la población en general. Al mismo tiempo, la periodista se preguntaba, ante la falta de datos sobre España, si es que aquí no existe este problema o si es un tema tabú.
Al finalizar su lectura, me surgieron tres preguntas: ¿solo alcoholismo o hay más trastornos? ¿esto ocurre solo en el sector de la abogacía o en más profesiones? Y la más importante, ¿qué podemos hacer para mejorar la vida de estos profesionales?
¿Solo alcoholismo o hay mas trastornos?
En el mismo artículo se nombraba una encuesta elaborada por Iberian Lawyer en 2018, que revelaba que ocho de cada diez abogados españoles y portugueses han sufrido algún tipo de trastorno de salud mental a lo largo de su carrera. El consumo excesivo de alcohol ocupaba el cuarto lugar entre los problemas citados por los letrados, por detrás del estrés, la ansiedad y la depresión.
A falta de más datos en España, eché mano de estudios de la década de los noventa en EE. UU. sobre bufetes de abogados en los que se preguntaban cómo era posible que los profesionales mejor pagados (en aquellos años) fueran, al mismo tiempo, los más infelices y faltos de salud: los investigadores de la universidad de John Hopkins encontraban que los abogados tenían una probabilidad 3,6 veces más alta de sufrir depresión que el resto de la población(1). Los datos de alcoholismo, uso de drogas ilegales, así como las ratios de divorcio, también eran superiores al resto de profesionales. El 56% de los abogados divorciados dijeron que su trabajo fue un factor clave en la separación(2).
Por tanto, podemos deducir de estos estudios que hablar solo de alcoholismo es simplificar y que estamos antes una serie de trastornos más complejos que afectan a la persona en todas sus dimensiones: física, emocional, mental, social y aspiracional.
¿Esto ocurre solo en el sector de la abogacía o en más profesiones?
Para abordar esta cuestión, revisemos los principales factores que definieron los psicólogos como causas principales:
- El pesimismo: en un sentido académico, pesimista es aquella persona que piensa que los eventos negativos son debidos a causas globales, incontrolables y permanentes (un optimista los vería como algo que ha pasado a nivel local, es temporal y se puede cambiar). El pesimismo es un plus en los abogados, como demostró un estudio del año 1997 (3): la prudencia extrema, la habilidad de ver cualquier posible peligro, de anticipar todos los problemas, son factores que ayudan como profesional, pero hacen daño en la vida personal si no sabes gestionarlos adecuadamente.
- Alta presión y baja capacidad de decisión: el primer factor se refiere a situaciones de alto estrés y el segundo, a la libertad que tienes (o que crees tener) para tomar decisiones en tu puesto de trabajo. Un importante estudio del año 1981(4) demostró la alta relación entre la depresión y la enfermedad coronaria en trabajos de alta exigencia con baja capacidad para modificar la solución predeterminada. Cualquier abogado actual y más un asociado junior, es probable que se vea reflejado en esa descripción.
- Ganar o perder: cuando en una profesión olvidamos su propósito genuino, aquel por el que decidimos estudiar y trabajar en ese mundo, y nos centramos exclusivamente en el ganar o perder, es más probable que emociones negativas como la ira, la rabia y la tristeza aparezcan durante nuestro trabajo. Si el sistema judicial está configurado para que al final de los procesos una parte gane y otra pierda, los abogados serán formados para ser agresivos, analíticos y emocionalmente indiferentes. Lo que hará que aumente la probabilidad de que tengan ansiedad y depresión durante mucho tiempo.
Ahora bien, en la década de los noventa del siglo pasado en EE. UU. el impacto de esos tres factores en la abogacía con respecto a otras profesiones podría ser mayor. Pero, en estos años que estamos viviendo, si a estas tres causas le unimos la pandemia y sus elementos de incertidumbre, volatilidad y miedo, me atrevo a sostener la hipótesis de que no solo los abogados sino también otros profesionales de distintos sectores (independientemente de su nivel adquisitivo) pueden llegar a sufrir la ansiedad, el estrés, los problemas cardiacos, familiares y sociales que se describieron en esos estudios. Y, consecuentemente, estos trastornos les impedirán conseguir realizar sus proyectos vitales.
¿Qué podemos hacer para mejorar la vida de los profesionales?
Lo primero que tenemos que decir es que no hay que esperar a tener un problema para ocuparse del mismo. Si unos profesionales, de cualquier sector, están trabajando en unas condiciones de presión altas, con incertidumbre, siguiendo unos procesos que no son “amigables” con su vida privada y con unos objetivos cada vez más altos, las empresas donde trabajen tienen que ofrecerles las herramientas y las ayudas necesarias para que su vida sea plena, es decir, consigan los objetivos que se propongan.
En Spinyourtalent© trabajamos de forma integrada y coordinada en todas las dimensiones de la persona: clarificando sus aspiraciones, destacando sus relaciones sociales, haciéndola consciente de sus esquemas mentales y emociones y aconsejándola sobre actividad física y nutrición.
No podemos ayudar a los profesionales con soluciones aisladas como intervenir solo en la parte física (ejercicio, nutrición, etc.). Tampoco debemos dedicarnos a lanzar “píldoras” formativas sobre mindfulness, manejo de emociones, etc. de forma descoordinada, y, lo peor de todo, sin conseguir cambios reales en las personas. En otras palabras, no debemos pensar en enfocar este tema tan complejo solo con charlas motivacionales.
No estamos hablando solo de salud y bienestar, sino de realización personal
Tenemos que ayudar a introducir cambios duraderos en la vida de muchos profesionales que, independientemente de su nivel de renta, sufren trastornos en su día a día que les impiden conseguir realizar sus proyectos vitales. Los esquemas mentales que su trabajo les obliga a seguir, la falta de control sobre las soluciones a dar y la presión ejercida por unos objetivos cada vez más ambiciosos son factores sobre los que tenemos una capacidad limitada de cambio. Lo más importante es hacer que aprendan a mejorar y gestionar la energía positiva que necesitan para superar esos obstáculos y conseguir sus objetivos tanto personales como profesionales: SpinYourEnergy.
- Researches at Johns Hopkins: Eaton, W.W., Anthony, J.C., Mandell, W.M., and Garrison, R.A. (1990) Occupations and the prevalence of major depressive disorder. Journal of Occupational Medicine, 32, 1079-1087.
- The divorce rate among: Shop, J.G. (1994,April) New York poll finds chronic strain in lawyers’ personal lives, Association of Trial Lawyers of America.
- Specifically, the pessimists: Satterfield, J.J., Monahan, J., and Seligman, M.E.P. (1997) Law school performance predicted by explanatory style. Behavioral Sciences and the law, 15, 1-11.
- There is one combination: Karasek, R., Baker, D., Marxer, F., Ahlbom, A., and Theorell, T. (1981) Job decision latitude, job demand, and cardiovascular disease: A perspective study of Swedish men. American Journal of Public Health, 71, 694-705.